Más allá del sabor, texturas en boca

La tendencia «fluffy» arrasa

Los puristas del lenguaje dirán que por qué decimos “fluffy”cuando en español se dice «esponjoso» pero es que hay que reconocerle el poderío onomatopéyico a la variante inglesa que refleja mucho mejor las experiencias visuales y en boca a las que aspira el consumidor actual.

La búsqueda de la sensación en boca más allá del sabor

En un mundo en que se buscan sensaciones organolépticas que transgredan los limitantes frío/caliente, dulce/salado/amargo/ácido… se da entrada al picante extremo, a los colores más estrambóticos, al juego textural con la cremosidad de los líquidos que lleva a jugar con la nata o con la presencia de bolitas de mandioca que estallan al morderlas como ocurre en los bubble tea.

La personalización del producto en base a los toppings para hacer propio el producto

Marcas de yogur helado arrasan proponiendo toppings cada vez más arriesgados y hay un algo de agresividad, de impacto en muchas de las propuestas alimentarias de perfil joven que llegan a las tiendas de impulso de esa parte del mundo que se puede permitir experiencias y caprichos…

Y, de repente, sabores sutiles

Como contra-tendencia, y, al igual que muchas otras veces, desde extremo oriente, comienzan a llamar a la puerta los sabores delicados, casi susurrados, del sakura, el litchie o el melocotón rosa (incluso el matcha, del que ya hablamos en este mismo perfil largo y tendido) que nutren los refrescos de allá, aguas gasificadas o tés ligeramente aromatizados. Tiene sentido en cualquier caso que en un universo en que se da preponderancia a la textura, el sabor cobre papel de agente secundario o de simple matiz complementario.

La cremosidad en las bebidas con alcohol

Hasta la noche activa y joven de las copas, los pubs y las discotecas también ha dado el salto ese mundo de las sensaciones en boca que trascienden el sabor. Un caso claro es el de la ittupción de los licores de crema de fruta base tequila como el omnipresente tequila fresa que ya se va desdoblando en más sabores: mango, nube… Y que concentra buena parte de su éxito en un ansia de diversión y sorpresa que la propia cremosidad complementa.

Más «fluffy» en la bollería

Y también nos llaman a la puerta las texturas esponjosas de la adaptación que desde oriente se ha hecho de la bollería y la repostería genuinamente occidental y que ellos han reproducido aligerando el dulzor y aportando un extra de esponjosidad que nos hace sentir que en vez de un bollo estamos saboreando una nube.

Desde la delicadeza de los mochis, esas bolas de arroz glutinoso y aromas sutiles al bizcocho que huya de la impronta mazacote en favor de una impronta más ligera, un bizcocho que tiembla como el que ya ofrecen en establecimientos de Madrid O Barcelona, llegando a lo último, desde las tartas de queso cotton  al pan de melón que juega con las texturas y, una vez más, aportando un sutil sabor delicado.

Tiempo de cambios a los que damos seguimiento en Kanpai!

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